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HISTORIA

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«El juego de la pelota grande, pequeña o mediana,

¿ha existido siempre en el mundo?

Es difícil invalidar esta hipótesis, puesto que en todas partes hay huellas de ejercidos que tenían este Punto común: la esfera… Así pues, la pelota, la bola, ya de resina, de cuero, de fibras de palmera, de madera o de cobre, ya empujada con el pie, con la mano o con ayuda de algún tipo de instrumento, ha dado lugar siempre a diversiones populares, a juegos y muchas veces a apuestas».

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(Le Flochmoan: «La génesis de los deportes»)

Quizá esta cita del prestigioso historiador del deporte sirva para centrar, de algún modo, un tema no exento de polémica: la propia identidad de lo que hoy día llamamos «deporte de la pelota» o «PELOTA» a secas.

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¿Qué es o qué son los juegos de pelota o los deportes de pelota? ¿Es uno o son varios? ¿Hay alguno en particular, originario, del cual son los demás simples derivaciones? O dicho de otro modo: ¿Ha habido en algún tiempo, en un país o cultura determinada, un JUEGO DE PELOTA a partir del cual pueda decirse con rigor histórico que se han generado los actualmente existentes?

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Ante el enunciado: «jugar a la pelota», ¿entenderían lo mismo un francés de la Picardía, un belga, un italiano, un mexicano del estado de Oaxaca, un irlandés, un valenciano y un vasco? Evidentemente, no.

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¿Cuál es el origen de los juegos de pelota? ¿Cómo se caracterizan y diferencian? ¿Cómo podría establecerse una clasificación de los mismos? ¿Cómo han evolucionado a lo largo de los siglos en los diferentes países donde se practican?


Estas y otras muchas preguntas que podríamos formularnos no pueden obtener respuesta satisfactoria en los límites de la breve síntesis histórica que nos proponemos realizar. Pero sí es importante que queden abiertos algunos de los múltiples interrogantes que el debate de estas cuestiones suscita y, de esta manera, situarnos con mayor precisión y claridad en el ámbito de la temática que nos ocupa.

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La abundante literatura existente al respecto no ayuda, precisamente, a clarificar el panorama. La falta de rigor científico en muchas de las investigaciones -pocas por desgracia; la profusión de citas de presuntas «autoridades» en la materia, con frecuencia sin contrastar; la generalización abusiva a partir de datos de dudosa fiabilidad en unos casos, y el reduccionismo simplificador en otros, y, 

finalmente, la apasionada defensa de algunos prejuicios de índole diversa, han contribuido, en no poca medida, a oscurecer la espléndida panorámica que, a lo largo de los siglos, han configurado los distintos juegos de pelota. Porque si algo caracteriza a los juegos de pelota es su riqueza y diversidad.

 

En efecto, a diferencia de otros deportes de más reciente implantación, la existencia de distintos y variados juegos de pelota data de muy antiguo. La denominación «juego de pelota» o «jugar a la pelota» no es un concepto unívoco que se refiera a una determinada especialidad deportiva. Son muchas las culturas y los países que han practicado algún tipo de juego de pelota. De hecho, casi todos los deportes que en la actualidad existen cuyo elemento básico lo constituye una pelota o un balón, sean cuales fueren sus características y composición, tienen como ancestro alguna modalidad de juego de pelota de la antigüedad.

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Conviene, pues, precisar, en nuestro caso, qué entendemos por pelota o deporte de la pelota. O lo que es lo mismo a qué especialidades y modalidades de pelota nos referimos, cuáles de entre todas las existentes incluimos bajo la denominación de juego de pelota o deporte de pelota.

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